sábado, 16 de agosto de 2014

Mil veces prefiero que de vez en cuando algo me duela
a ignorar que de vez en cuando todo el mundo está atravesando mi vida.

jueves, 7 de agosto de 2014

Profesora Ciruela

¿Con quién voy a jugar a enseñarle a saber más,
a ser más de ser, a parecer menos de lo que se es,
a querer más de lo que se ama, a amar más
de lo que se espera, de lo que se abraza,
(de vos, de mí),
los cuerpos que están
los cuerpos que son interferencia
en este querer queriendo
un poco más que una mano, un abrazo,
el ojo donde todavía hay una brasa
que incendie los días con chispas de vida
que incendie los días con luz de día?

¿Dónde es la próxima lección
de aprender a leer entre líneas a las personas,
los dolores, las risas, todas las cosas,
los miedos licuados en canciones o en un gesto
en una peca del lado izquierdo del ojo,
del labio
del lunar que para vos era un lunar
y para mí un milagro pero no por lo sagrado?


Que vuelvan a colgar estrellas en el techo
antes de dormir, que vuelvan
a creer que mañana hay sonrisas al lado de la taza,
al lado de tu sonrisa, al lado de te.

sobre extrañar

Estoy que vuelo con usted, Gervasio. Esto de haber cerrado su vida de un portazo, los silencios, los encuentros en puntos suspensivos, ¡me parece todo un espectáculo espantoso! Si pudiera verme con esos ojos de Almendra que tanto presumía, sabría de que tengo los rulos desarmados y de las noches de insomnio que me llevó su ausencia.
Cada uno de estos días que fuiste silencio, se me fueron cayendo recuerdos de desde donde esté directo a mi cerebro: incluso cuando estando en Avenida Corrientes lo llevé conmigo, y hasta tuve una charla preciosa en la que cantábamos Gricel telepáticamente.
Pero no quisiera quedar enojada con usted, considerando la importancia que tuvo para mis insignificantes días. Por eso otro perdón y su perdón hipotético por habernos dejado abajo de una lluvia ácida que quema las lógicas y las ganas de más de siempre de todos los que quedamos acá. 

Yo sé que "usted sabrá entenderlo"

miércoles, 6 de agosto de 2014

lo peor de ser artista

Épocas de sequía creativa son esas en que se te ocurren ideas que no superarían al arte rupestre.
A veces me emociono: "ahí viene una idea genial", pero resulta que no, que es una metáfora grado -10 que habla de escalones de escaleras o de estrellas en el cielo.

M

Entonces las paredes empezaron a quebrarse. Fue dibujándose una madeja de humedad verde y moho que olorizó el aire con algo rancio. 
"Rancio"- pensó. Era el adjetivo ideal para caracterizar lo que pasaba en sus días. 
Todo fue encajando en un lugar, era un tetris mental del que finalmente podía pasar de nivel. Pasó muy rápido, o fueron años, y pudo ir haciendo los ladrillos de su vida. Los armó, los sobó y los cocinó uno por uno. La juventud a veces se va tan rápido que en ser autómatas también nos hacemos viejos.

Pero muchas veces M se preguntó para qué. Muchas veces M no podía responder sus preguntas, y esta era una de ellas. "Necesito no creer en que tenemos un mañana porque no tolero la idea de que no tenemos un hoy."
Muchas veces M pensó que era un ser cicatrizado en vías de cicatrización. Su piel estaba envuelta en un dibujo de grietas que abrían surcos por los que se encarnaba un hilo de algodón. Cuando estrujaba, el hilo hería el surco que rápidamente se llenaba de sangre y regaba la carne de un color rojo intenso.
Otras veces, M lograba cicatrizar: entonces prefería la media luz donde la piel era entera y fresca. La luz de sol sólo exponía sus marcas, su deshecho cárnico que nadie supo llorar o admirar.

finales

Supongo que siempre fui reacia (y rancia) para los finales. No me gusta que me digan que no y puedo llegar a dar serenatas y canciones de amor con tal de lograr mi acometido.
Sin embargo, se me dificultan tanto tanto los principios: la vida ahí, expectante como la hoja en blanco, como el tablero de ajedrez virgen. Cómo nos corre la voluntad por corajudos o cobardes o boludos en los principios. Parece que no hay variable posible más que hacer algo, rápido, improvisado, arrepentible.
Distingo los abismos más que los principios y los finales porque es el único espacio donde somos conscientes de tal principio y tal final, que no existen más que en la virtualidad de nuestras mentes. Es sólo en el abismo donde logramos conceptualizar el pasado, donde podemos pisotear por microsegundos el presente y donde nos comemos el futuro con el hambre que sabe dar la vida tan a la ligera todos los tiempos de todos los días.

Es de noche y no puedo dormir y con eso me vienen las letras. No escribí cartas que me hubiera gustado haber escrito. Otras las escribí y nunca las entregué. Tengo ganas de hablarles a personas que ya no están de diversas formas y por distintos motivos.
Tengo duelos en marcha.